viernes, 18 de noviembre de 2011

Delirio

     40º grados de temperatura habían invadido todo mi organismo,  la fiebre subía a mi cabeza y me provocaba un dolor inexplicable… Manzanillas, tilos, brebajes de la abuela y nada funcionaba. Recurrí a la resignación para poder soportar los latidos de dolor. Cuando eran las dos de la mañana decidí acostarme para que la espera fuera menos traumática, pañito frío en la frente.
    Cada poro de mi piel me indicaba que no todo estaba normal, hasta las sabanas ardían. Me trataba de acomodar para que en algún momento llegase el sueño, pero cuando se espera a Morfeo, no llega. Vueltas y vueltas y nada. Se hicieron las 4am… Aun despierta y sudando frío. Los parpados pesaban. Yo recordaba que tenía mil cosas por leer pero sabía que si intentaba hacerlo el dolor se agudizaba. Hacía como un recuento de los deberes que había dejado en abandono (entre los que estaba hacer un análisis de la literatura medieval, donde los juglares se burlaban de mí y de mi fiebre), en eso estaba, cuando vi a una pared del cuarto acercarse hasta casi tocarme, y la lámpara de la mesita de noche se cambiaba de lugar quedando en ocasiones al revés… Busqué de enderezarla pero el escalofrió que sentía al sacar los brazos de la sabana era terrible, y dejaba que ella se moviera en una danza que no había percibido en días de normalidad. La pared estaba cada vez más cerca y yo me escondía bajo la almohada para evitar el miedo que me producía la sensación de la gigantez sobre mí.
     Quise vencer mi miedo y me propuse sacar una mano, sólo para tomar el agua que había dejado en la mesita de noche, pero esta –la mesita-  se había alejado de la cama ya estaba en la ventana, creo que se quería lanzar desde allí a la calle. No entendía por que. Al ver la ventana abierta pensé que quizás ese era el motivo de mi frío, tal vez no tenía fiebre… Era el frío de la madrugada que no me dejaba dormir. ¡Quise pegar gritos! ¡Auxilio! Alguien que cierre la ventana por favor… nadie me escuchó. En medio de la desesperación solté una lágrima, creí morir. Morir en la etapa de mi vida donde tenía tantas cosas por hacer: aun no terminaba de darle todos los besos a la persona que quiero, no sé lo que se siente estar en un malecón de noche, no he tomado nada en copas de cristal, no he ido a Italia. Morir no era grato.
     Cuando ya la almohada estaba empapada de lágrimas y sudor vi que la pared se alejó, se colocó en su sitio, donde siempre había estado… Y la mesita de noche junto con la lámpara se bajaron de la ventana (me picaron el ojo) y se situaron justo al lado de la cama. Sentí alegría.
     6:25am, abrí los ojos y percibí todo en total normalidad, quité el pañito frío de mi frente y decidí bañarme, era hora de alistarse para ir a trabajar. Le di un abrazo a mi mesita de noche y salí de la habitación. Era un nuevo día.
                                                                                                                                      Marysabel Díaz.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Conforme

Ya existo en ti
de color transparente,
y minuto a minuto puedo vivir
pensando mis destellos en tu mente.
no con angustia, cual mis deseos
es indiferente, frágil brisa de montaña
pero existo en ti y avanzo,
con eso sobrevivo cada mañana.
Que largo se me hace el tiempo,
como goteo, incesable,
al menos se que del momento
espero quieta el fin del viaje.
Ya existo en ti
y no como quería,
pero de qué valen reclamos?
si antes no existía.


                                 Marysabel Díaz.

martes, 2 de agosto de 2011

Los sentimientos y el papel.

La Musa para Escribir


     Alguien me dijo que el mejor momento para escribir era cuando se sentía tristeza, dolor, angustia y sufrimiento. Claro, las emociones emanan y las palabras fluyen. Luego ver lo escrito es la gloria.
     Desde hace algún tiempo para acá escribo de todo. Esa necesidad incontrolable de vivir con un lápiz y un papel en la cartera, esperando que la musa llegue se hizo costumbre. A veces no llega, se tarda… se pierde. Cuando aparece la atrapo y comienzo a escribir, allí no hay quien me detenga.
     Hace días, revisando papeles locos, de esos que cambian en olor y aspecto a consecuencia de los años, encontré una libreta de 3er año de bachillerato, de artística. Me llamó la atención su contenido ordenadito, subrayado y demás, recuerdo ese profesor loco también, al que no le importaba el aspecto de mi cuaderno (ni los subrayados, obviamente). Cada página enumerada, (es increíble como comienza la manía desde niña). Los temas terminaban con un dibujo, que no los asignaba el profesor… yo los hacía porque pensaba que si hablábamos de “artística”, ¿qué mejor acabado que los dibujos? Barroco, Edad Media, Renacimiento, arquitectura, pintura, escultura… Muy bonito el cuaderno, pocos he visto así. Sin embargo, la belleza de mi cuadernito no estaba en sus páginas de contenido.
     Lo iba a botar. Pues aunque las cosas sean lindas y traigan buenos recuerdos, lo maravilloso se conserva es en nuestros corazones. Pero cuando ya estaba en eso del descarte, se abrieron sus páginas finales. Creo que Atenea me iluminó, menos mal no lo boté.
     Tenía apenas 13 años, ¿Qué sabe una niña a los 13 años? Se me vinieron tantos recuerdos a la memoria.
     No conocía del deseo propiamente dicho, y el amor era más ilusión que otra cosa. Esas páginas mostraron una de las veces que creí morir en esta malsana vida. 20 páginas del cuaderno estaban dedicadas a un amor platónico, cruel y desgastador que sentía por un jovencito mayor que yo, que decía gustar de mi mientras paseaba con todas las niñas del colegio. Cuanto sufrimiento me hacía sentir, ¿Cómo se puede estudiar así? ¿Cómo se puede subrayar un cuaderno con tantas lagrimas encima? O peor aún, ¿Cómo se me pudo olvidar tal dolor con el paso del tiempo?
    Creo que escribir es magia, porque detiene el tiempo y te lo muestra cuantas veces se quiera leer. Allí estaba la musa a los 13 años, el desamor.
    Hoy por hoy la musa está en todos lados, en ocasiones aparece en las camionetas, en las escaleras de la casa, entre libros, en los sueños, en los niños, en la lluvia, en el trafico, en las nubes, a través de las lagrimas, en las discusiones, en los regaños, en el café con leche, en una uña partida, en las llegadas tardes, en las jugueterías, en mi cama, en el sofá, en las pizarras acrílicas, oyendo clases, dando clases, en la computadora, en los desmayos, en los besos, en las furias, en los celos… En tus ojos.

     Hay quienes dicen que el que escribe no necesita musa, no necesita inspiración, pues debe estar apto para plasmar todo sin necesidad de la iluminación de los arcanos, serafines y querubines. Y es cierto, puede escribir. Pero la calidad de un buen escrito tiene base en los sentimientos. De allí la cantidad de escrituras vacías y sin fundamento que dejan muy mal parado al mundo de las letras. Si todos escribieran cuando de verdad se debiera, habría más literatos de los que se conocen.  

lunes, 25 de julio de 2011

El Recuento de los daños.

El recuento de los daños, 
del holocausto de tu amor... 
son incalculables e irreparables, 
hay demasiada destrucción... 
lágrimas que no consiguen, 
apagar el fuego que hay en mi, 
hay ilusiones muertas por doquiera, 
sólo quedan ruinas de mi...

 
En el recuento de los daños 
del terrible choque entre los dos... 
del firme impacto de tus manos, 
no sobrevivió mi precaución...

 
En el recuento de los daños, 
me sales debiendo tantísimo amor, 
que no puedo creer lo que escuché, 
cómo puedes decir que te olvidaré? 
Coro: 
oooh no! no, no, no, 
no, no puedo reponerme, 
de ese beso que me subió al cielo, 
que es el mismo 
que ahora me unde en el infierno, 
oooh no, oooh no! 
Oooh no! no, no, no, 
no, no puedo reponerme, 
de tu forma tan cruel de abrazarme, 
si sabías que no ibas a amarme 
qué ganabas? 
qué ganabas? 
con besarme.

 En el recuento de los daños 
lo material todo te lo perdí, 
perdí mi casa y mis amigas, 
todo lo mio te lo dí.

 
Entre los desaparecidos: 
mi resistencia y mi voluntad, 
y hay algo mutilado que he pensado 
que tal vez era mi dignidad...


Gloria Trevi. 

domingo, 3 de julio de 2011

¿Quiénes son "Las Tres Gracias"?

Las Tres Gracias
     Es muy habitual escuchar entre caraqueños la frase “las tres gracias”, sobre todo en aquellos que deambulan por los alrededores de la Universidad Central de Venezuela: “Nos encontramos en las Tres Gracias”, “Ya llegué a Las Tres Gracias… ¿Dónde estás tú?”, “Voy por Las Tres Gracias, llego en media hora”, “Creo que la marcha va a salir de Las Tres Gracias”… En fin, ya es parte de nuestro decir, de nuestro hablar. La cotidianidad y el andar por la vida hacen que en nuestras palabras aparezcan elementos, que muchas veces mencionamos sin saber a ciencia cierta su significado. No somos culpables de ello. Pero es interesante el preocuparse por descubrir lo que decimos, más allá de sólo decirlo.
     En este orden de ideas, es pertinente mencionar lo tan común que es la cantidad de frases y palabras que mencionamos día a día, cuya historia, base, referencia o nacimiento están inmiscuidas en la Mitología Griega. Es sorprendente cómo esa cultura (discursos, narraciones o expresiones culturales de origen sagrado), nos ha marcado de tal forma que está entre nosotros y muchas veces no la percibimos. Tal es el caso de Las Tres Gracias. ¿Cuántas veces no hemos pasado por el espacio público de Caracas, ubicado en la Parroquia San Pedro del Municipio Libertador, llamado La Plaza Las Tres Gracias?? Muchísimas veces!!! Y ¿Cuántas veces nos hemos detenido a analizar el origen de esa escultura? o mejor aún ¿Por qué se llama así esta escultura?  

     La plaza se encuentra en el Paseo Los ilustres el cual forma parte del Sistema Urbano de La Nacionalidad, justo frente a la Ciudad Universitaria de Caracas… Es parte de nuestra capital. Pasar por allí es frecuente para los estudiantes de la universidad, y también para los deambulantes- observadores-investigadores-lectores (entre los que me incluyo). Por ello decidí publicar información de la base de este lugar, es decir, el significado propio de “Las Tres Gracias” desde su fundamento mitológico:

     Las Tres Gracias eran tres diosas inferiores, hijas de Zeus y la ninfa Eurinome, hija del titán Océano. Sus nombres eran Áglae o Aglaya, Eufrosine y Talía. Eran las diosas de la belleza, el hechizo y la alegría. A cada una de ellas le correspondía una cualidad como la belleza, la jovialidad, el esplendor o el buen gusto pero cada fuente hace esta distribución a antojo por lo que no puede establecerse una clasificación clara. Las Gracias presidían los banquetes, las danzas y todas las actividades y celebraciones placenteras, en definitiva, todo aquello que en el mundo pudiera haber de agradable, placentero, interesante, atractivo... Las Gracias otorgaban a dioses y mortales la alegría pero no sólo eso sino también la elocuencia, la liberalidad y la sabiduría. Se creían que tenían la capacidad de dotar a los hombres de la genialidad necesaria para ser un excepcional artista.
     Las Gracias eran compañía habitual en el Olimpo de Afrodita y Eros y están muy relacionadas con Las Musas con las que se divertían al son de la música que Apolo tocaba. Áglae, la más joven, era también la más bella y estaba casada con el dios Hefesto. Las Gracias eran jóvenes y muy bellas pero sobre todo modestas y solían llevar el pelo mal recogido a causa de los bailes. Siempre estaban danzando y precisamente es en la actitud de darse las manos y comenzar a bailar como más las ha representado el arte. Aunque en los principios de la civilización griega iban vestidas con una fina túnica después siempre aparecieron desnudas. A veces han aparecido entre los sátiros más horrendos para designar que no se puede juzgar a las personas por su apariencia y que los defectos del rostro pueden ser corregidos con un buen espíritu. Rara vez se hace referencia a estas diosas de manera individual. Por el contrario, son la representación griega de la triple diosa, presente en muchas otras mitologías del mundo.
     Entonces pues, es importante conocer el significado de lo que mencionamos, de lo que hablamos, de lo que frecuentamos. Y más cuando es tan hermoso el origen de estas cosas (para muestra un botón). Luego de conocer el origen de Las Tres Gracias, deducimos que quizás la belleza, el hechizo y la alegría están presentes en la Universidad Central de Venezuela, o mejor aún, en Caracas. Nos iluminan con su "gracia". Por ello digo que estamos rodeados de significados “huérfanos” que esperan por nuestros descubrimientos. Y leer es el pasaporte. Si bien es cierto que no es pecado no saber, también es cierto que “saber que no se sabe constituye, tal vez, el más difícil y delicado saber” (José Ortega y Gasset).



domingo, 12 de junio de 2011

Hipertexto de La Odisea de Homero y Robin Hood, Príncipe de los Ladrones

La construcción de un Hipertexto tiene por objetivo permitir el enlace de un texto, con otro creado previamente; bien sea, con algunas secciones del anterior o con todo el texto previo. Es decir, es una comparación de documentos, en este caso de literaturas, que tienen diferentes contextos y orígenes.
     Lo que busqué de hacer en este análisis fue comparar secciones de” La Odisea” de Homero (como hipotexto) con la película “Robin Hood. Príncipe de los Ladones” de Kevin Reynolds (hipertexto). Uniendo estas dos historias de aventura, para así dar pie a un análisis que muestra la repetición de acontecimientos, aun conociendo que, poseen en el nivel de la historia diferentes personajes, diferentes ambientes y orden de acciones; similitudes que pueden resultar obvias luego de tener razón y discernimiento de ambas.
     A continuación se muestran: la sinopsis de La Odisea de Homero, la sinopsis de la película mencionada anteriormente, y luego el hipertexto percibido entre las dos obras.

         
Sinopsis de “La Odisea” de Homero

     Ulises vuelve a casa. La guerra ha terminado y el héroe se despoja de sus arreos para acudir al encuentro de la paz y la abundancia en su reino de Ítaca. En la isla añorada, le aguardan el amor y la constancia de su fiel Penélope y la ternura del pequeño Telémaco, a quien la larga espera ha hecho hombre y digno sucesor. Mientras tanto, y durante diez años tormentosos el destino del héroe teje i desteje cada día su hebra, frente a la uniformidad del horizonte, como si nada hubiera sucedido. El viaje siempre recomenzado de Ulises, guiado por  el azar y la curiosidad como si se trasladara a la ventura por los hilos de una constelación remota, es una nueva batalla solitaria que ya no perturba la paz del Olimpo. Los dioses duermen fatigados de tanto urdir traiciones y enredos, y ahora el desamparado mortal debe enfrentar a solas su camino.
     La variedad preside esta amplia narración, que abarca desde el canto IX al XII. Y, en efecto, las aventuras de Ulises comprenden una serie de escenas que podemos clasificar del modo siguiente:
1)    El encuentro con los lotófagos, el Cíclope, llegada a la isla de Eolo, y aventuras con los lestrigones y Circe.
2)    El viaje al país de los muertos y consulta del espíritu de Tiresias por parte de Ulises. Al mismo tiempo, el héroe entra en relación con el alma de los principales guerreros que tomaron parte en la conquista de Troya.
3)    Las aventuras finales: encuentro con las Sirenas, la terrible prueba de Escila y Caribdis, el episodio de las Vacas del Sol.
     La Odisea está constituida por la serie de aventuras y peligros a los que tiene que hacer frente, y de los que saldrá siempre victorioso nuestro héroe. Ulises, el hombre de los mil recursos, con el auxilio de Atena logrará salir airoso de la prueba. Ya sean monstruos o tempestades, ardides o trampas mortales, o la misma ira rencorosa de Poseidón, nada podrá oponerse a que regrese sano y salvo a la patria añorada.

Sinopsis de la película “Robin Hood. Príncipe de los Ladrones” de Kevin Reynolds.

     Esta historia nos muestra las aventuras del héroe legendario inglés de tiempos de Ricardo Corazón de León (Rey de Inglaterra de 1189 a 1199) llamado Robin Hood o Robin de Los Bosques, denominado así por sus innumerables peripecias en las zonas boscosas de Inglaterra. La historia comienza en Jerusalén en el año 1194 d.C, donde el protagonista Robin Lockleys (Kevin Costner) escapa junto a otro prisionero, su amigo Zeem (Morgan Freeman) luego de luchar contra los torturadores: “Valentía inglesa”, comenta en ese episodio. Desde entonces la vida de este héroe, quien siendo un noble arrogante, se convierte en un luchador de Lajusticia y defensor de los pobres. Al escapar de aquel lugar, uno de sus compañeros en prisión fue herido mortalmente, y en su agonía la pide a Robin que le entregue su anillo –como símbolo fraternal- a su hermana, la joven Mariana  (Mary Elizabeth Mastrantonio). Este va en busca de la joven para cumplir el prometido, y de hecho lo cumple, pero se enfrenta su vez con terribles situaciones como la muerte de su padre y la ceguera del amigo del mismo, provocadas ambas desgracias por el Sheriff del lugar y su primo Guy de Grisbon, quienes eran los dueños y señores de aquel pueblo donde se abusaba de su gente, y desfavorecían a los más humildes. Estos dos personajes se convertirán en los enemigos predilectos de Robin Hood.
     En la historia existe una bruja llamada Mortianna, quien fue la que crió al Sheriff perverso; esta le anuncia con sus predicciones todo lo que ocurrirá en el futuro y le hace recomendaciones al mismo (muchas veces perversas y macabras) para que logre alcanzar sus propósitos, matar a Robin Hood y hacerlo sufrir como a su padre.
     Sin embargo, y a pesar de que el protagonista de esta historia se queda sin padre, -ya que cuando estaba niño se alejó de él por celos a su madrastra y luego lo encuentra muerto- este no está solo, cuenta con la ayuda de los forajidos, quienes se le unen para luchar contra aquel Sheriff y su primo, artos de las injusticias hacia su pueblo.
     El bosque es el escenario encantador de esta historia y donde Robin Hood muestra su valentía y destrezas con las flechas para derrotar a sus enemigos, lograr tener a Mariana, mujer hermosa que conocía de niña y dejo de ver dese la infancia (prisionera luego del Sheriff), y defender su honor. Preparar armas, trampas en el bosque, él junto a sus compañeros crean estrategias de lucha, dejando ver su alma de líder. Y a pesar de que la lucha es difícil, resultando a veces perjudicado, siempre logra vencer, al punto tal de matar al Sheriff y sus secuaces, y rescatar a Mariana para casarse con ella.
     Este héroe representa la unión de la humildad y la valentía. Luchó para los pobres, robó para ellos y venció al más terrible de los enemigos con su astucia, inteligencia y valor.
                                       
                                          Hipertexto de “La Odisea” y “Robin Hood”
     La comparación de estas obras resulta propicia y oportuna, puesto que son dos historias de aventura con similitudes importantes para este análisis, son semejanzas que se muestran al lector o al espectador y que representan una el recuerdo de la otra. Para este tipo de análisis, se amerita ser crítico y observador, dado que existen detalles que podrían pasar desapercibidos.  A continuación se presentan características parecidas encontradas en La Odisea y Robin Hood:
1º.  Los Protagonistas: Robin Hood tiene mucha semejanza a Ulises (Odiseo), estos tienen un carácter luchador, ambos valientes, astutos, atrevidos e inteligentes. Luchan por un propósito. Arman estrategias para triunfar. Los dos, se ven en ocasiones víctima del fracaso, y luego con radicalidad, muestran de nuevo su valentía hasta alcanzar el logro.

2º.  La ayuda de compañeros para luchar: En ambas historias está la presencia de compañeros quienes ayudan a los protagonistas en varios episodios, que no os dejan solos. En La Odisea están los marinos compañeros de Ulises, que en mucha ocasiones luchan y reciben también los ataques hacia el protagonista. En Robin Hood, los forajidos son los aliados de este héroe y quienes con fuerza lo ayudan a vencer.

3º.  La presencia de obstáculos: Tanto en La Odisea como en Robin Hood las aventuras tienen como núcleo los obstáculos que se presentan. Adversidades que impiden en muchas ocasiones, la felicidad de estos protagonistas. Encuentros con seres malignos que bloquean el paso del triunfo de estos dos héroes.

4º.  El rasgo Romántico en ambos protagonistas: Estos dos personajes a la par de sus astucias, y luchas constantes, muestran un rasgo romántico, el lado sentimental que le recuerda al lector-espectador que os mismos son seres humanos. El amor hacia la mujer, los empujan a luchar. Y ambos al final logran tener el amor de su lado (Penélope en La Odisea y Mariana en Robin Hood).

5º.  La presencia de seres iluminados que predicen el futuro: Personajes que adelantan sucesos, que cuentan lo que puede pasar más adelanta en ambas obras (Tiresias en La Odisea, y la bruja Mortianna en Robin Hood).

6º.  Destrezas y astucias similares: Tanto Ulises como Robin Hood tienen en común el uso inigualable de las flechas, la usan para luchar  vencer. Se les ve utilizándolas con mucha destreza y los hacen incomparables con el resto de los otros personajes.

7º.  El espíritu familiar: Ambos héroes muestran su pasión por el calor familiar. Los dos quieren vivir junto a sus seres queridos luego de tantas luchas.

8º.  El traslado de escenario a escenario: La muestra de paisajes hermosos y lindos, donde la naturaleza hace de su alarde y el cambio de los mismos  está presente en las dos obras (tanto Grecia como Inglaterra se dejan ver en su esplendor).

9º.  El triunfo del bien sobre el mal: La lucha no es en vano y luego de tanto enfrentamiento, en estas dos obras el “bien” derrota a el “mal” y dan paso a un final feliz.

domingo, 29 de mayo de 2011

La literatura y los niños

     Leer no es solamente descifrar un texto escrito, sino construir inteligentemente el sentido mismo interactuando con la información visual que se encuentra en el material escrito. En el proceso de lectura el lector es activo; ya que crea el sentido del texto valiéndose del material escrito, de sus propios conocimientos y de su propósito de lectura. Las situaciones de lectura, incluso para los niños (que no leen convencionalmente) deben centrarse en la construcción de significados por parte de los mismos y no en el simple descifrado de lo escrito. Este se logra dándole al infante la oportunidad de ampliar su conocimiento del mundo; de familiarizarse con textos de diferentes géneros literarios (no sólo cuentos); propiciando que éste se anticipe al contenido de la lectura formulando hipótesis acerca de lo que sigue en el texto; realizando preguntas que vayan más allá del texto escrito, que planteen nuevos problemas. Ahora bien, si esta es la actitud que debe tener el niño frente a la lectura, frente a la literatura ¿Qué lectura debe ser esta? O mejor aún ¿Qué es la Literatura Infantil? ¿Para qué sirve la misma? ¿A quién va realmente dirigida? Y ¿Cuáles son las características que deben tener este tipo de literatura?
     En primer lugar, y para dar respuesta a las primeras interrogantes, la literatura infantil según Tedesco (1997) es “un complejo sistema semiótico donde confluyen muchos sistemas de signos: letra, dibujo, tonémica de la voz y topografía. Es un género que se define teóricamente por la categoría del receptor, categoría que es cambiante, sujeta a la variación social, al ordenamiento de estratos socioculturales y a cambios de época y de generación” (pág. 21). A esto, se le podría agregar la definición de Jesualdo (1982) quien dice que lo que existe como literatura infantil es pues aquella “expresión literaria en general, escrita o no para niños, que responden a las exigencias de su psique durante su proceso de conocer y aprender, que se ajustan al paso de su evolución mental, y en especial al de determinados poderes intelectivos” (pág. 15 - 16).  Por su parte Colomer (1999) alega que la literatura infantil y juvenil es “la iniciación de las nuevas generaciones al diálogo cultural establecido en cualquier sociedad a través de la comunicación literaria… libros creados especialmente para la infancia y la adolescencia o bien por aquellos que, en su difusión social, han demostrado su idoneidad parar este público, aunque no se hubieran creado pensando en él”. Todas estas definiciones, especificadas por estos tres autores, dejan ver a la literatura infantil como un tipo de lectura integra, y no simple y menos compleja que aquella hecha especialmente para adultos.
      En segundo lugar, este tipo de literatura sirve, tal como lo expresa también Colomer para: “Iniciar el acceso a la representación de la realidad ofrecida a través de la literatura compartida por una sociedad determinada; desarrollar el aprendizaje de las formas narrativas, poéticas y dramáticas a través de las que se vincula el discurso literario, y ofrecer una representación articulada del mundo que sirve como instrumento de socialización de las nuevas generaciones” (pág. 15). Además, según Jesualdo la literatura infantil sirve al niño para “instruirlo educarlo y divertirlo, cuando no las tres cosas a la vez… actúa sobre aquellos poderes del intelecto, como la imaginación o sus sentidos estéticos…” (pág. 30). Esto deja ver claramente, que la literatura infantil y juvenil no sólo está hecha para “alimentar” el comercio, o sólo para distraer un poco a los infantes, tiene un propósito, una finalidad.
     En tercer lugar, y respondiendo a la tercera interrogante que se presenta al inicio: se puede decir que existe una literatura dirigida a los niños; escrita en un léxico especial, que pretende consultar sus características psíquicas y responder a sus exigencias intelectuales, pero que esta literatura no es la que interesa a la edad infantil. Pues a los jóvenes desde muy temprana edad les interesan las obras maestras de la literatura, aun a veces sin estar adaptadas a su entendimiento, obras que nunca consultó la psicología infantil, tal es el caso de “Crepúsculo”, que teniendo una trama intensa para menores de edad, es en esta población donde ha tenido más éxito. A esto, se le puede agregar lo dicho por Tedesco (1997): “Si se piensa en que la literatura infantil es la destinada a los niños en rol de lectores hay que aceptar el término, de manera convencional. Pero ´lo niño´ o ´lo infantil´ es un concepto variable en la organización social y en el ordenamiento de los estratos socioculturales".
     Y en cuarto lugar, ya para finalizar, se puede decir que la literatura infantil y juvenil posee en su haber importantes características, con la que se puede distinguir de los otros tipos de literatura, destacadas por los tres autores anteriores (Jesualdo, Ítalo Tedesco y Teresa Colomer), tal como se presentan a continuación:
·        Más del 80% de las narraciones son humorísticas.
·        La concreción del escenario en única.
·        La interiorización de los conflictos (como los celos o el miedo a las pesadillas).
·        La presentación de un universo ligado a lo real – maravilloso en el que coexisten contextos reales y fantásticos.
·        La narrativa de personificación de animales.
Entre otras importantes.

     Para concluir, puede decirse que es de suma importancia introducir al niño progresivamente en la lectura de buena literatura. De ahí la necesidad que tienen los docentes de leer mucho, de cultivarse continuamente. La literatura infantil (la hecha para ellos o la leída por ellos) es extensa, y nuestros niños cada vez más se empapan de ella. La pertinencia o no de este tipo de literatura aun es un tipo de enigma. Sin embargo, es preciso conocer qué están leyendo nuestros niños, por qué y para qué.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Pedro Calderón De La Barca

“¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.”

Pedro Calderón De La Barca

martes, 24 de mayo de 2011

La Diferencia



Aunque malgastes el tiempo sin mi cariño
Y aunque no quieras este amor que yo te ofrezco
Y aunque no quieras pronunciar mi humilde nombre
de cualquier modo, yo te seguiré queriendo

Yo se que nunca tu querrás jamás amarme
Que a tu cariño llegué demasiado tarde
No me desprecies, no es mi culpa, no seas mala
Porque tú eres de quien quiero enamorarme

Que daño puedo hacerte con quererte
Si no me quieres tu, yo lo comprendo.
Perfectamente sé que no nací yo para ti
Pero qué puedo hacer si ya te quiero.

Déjame vivir de esta manera
Te quiero tal y cual sin condiciones
Sin esperar que un día tú me quieras como yo
Consciente estoy mi amor que nunca me querrás.

Tal vez mañana yo despierte solo
pero por el momento quiero estar soñando.
No me despiertes tu, no ves que así yo soy feliz.
Consciente estoy mi amor que no eres para mí

No hay necesidad que me desprecies
tu ponte en mi lugar a ver qué harías.
La diferencia entre tú y yo tal vez sería corazón:
Que yo en tu lugar... Que yo en tu lugar...
Si te amaría
Vicente Fernández