sábado, 5 de julio de 2014

Comentario de “El Lazarillo de Tormes”
     La literatura es ese mundo paralelo que lleva la realidad, un espacio que contiene historias fantásticas que hacen de la imaginación del lector un mundo gigante. Aun así, la literatura no deja de tocar temas que pueden estar presentes en la realidad. Y es entonces cuando el lector se siente identificado, con aspectos ficticios que son reales (realidad en la ficción).
     En este orden de ideas, aparece en la literatura “El Lazarillo de Tormes”, una larga epístola que el autor remite a un corresponsal incógnito (a quien trata de "Vuestra Merced"). Está fraccionada en siete tratados y un prólogo, y narra en primera persona la vida de Lázaro González Pérez, un niño de origen muy humilde cuyo sobrenombre deriva del lugar donde nació, el río Tormes. La vida de Lázaro en resumen es muy difícil, el personaje atraviesa por muchas cuestiones que esbozan las características principales de la sociedad de la época (siglo XVI). La muerte de su padre, la captura y azote de su padrastro luego, el servicio que le presta a un hombre ciego “astuto y cruel” por ordenanza de su madre, el hambre que pasa durante casi toda la obra, las burlas que atraviesa… son aspectos que esta novela picaresca deja en claro para establecer que la vida muchas veces no es fácil. Por ello, Lázaro sufre una transformación que no deja al personaje en una trascendencia lineal, sino evolutiva. Va cambiando, quizás por los efectos de las dificultades que atraviesa. Y se hace fuerte, al punto de soportar (ya de adulto) la infidelidad de su mujer. Y no es que no le haya afectado, sino que en comparación con todos los sufrimientos vividos, este era uno menos doloroso. De hecho, el motivo de relatar la historia de su vida, es que Lázaro escribe una carta donde se defiende de los rumores y de las burlas que recibe públicamente por la supuesta condición de infiel de su mujer.
     Los valores en esta obra se aprecian a flor de piel, sobre todo la humildad, pero también los antivalores… el azote, el sometimiento, el irrespeto, la maldad y hasta la infidelidad muestran el lado oscuro de la vida. Existen valores y antivalores, que se ven expresados en la forma de vivir de las personas. El problema viene cuando se confunden valores con situaciones y se vive de determinada manera, pensando que se está siendo leal a un valor. El tema de la pobreza y la vida humilde es una de ellas, ya que en innumerables ocasiones se piensa que la pobreza es la forma adecuada de vivir con humildad. Por ello también es considerable pensar que esta novela muestra lo hermoso de la vida “demostrando” su fealdad, convirtiéndose  esto en una paradoja.
     El género epistolar tiene un gran poder, y es involucrar al lector de tal forma que puede sentirse parte de la obra. Cuando se lee al Lazarillo de Tormes, en muchos aspectos se siente indignación, por la serie de fracasos que este sufre. Es allí cuando la literatura más allá de presentar la ficción de la ficción, presenta un viaje a lo desconocido, pero identificable. “El viaje de los que no pueden tomar el tren”.

Marysabel Díaz

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